Si me hubieras preguntado hace unos años cuánto gasté para restaurar un coche clásico, te habría dado una respuesta vaga, del tipo: “Depende del coche, del estado en que lo encuentres y de cuánto quieras invertir en él”.
Hoy, después de haber pasado por la montaña rusa de emociones, gastos inesperados y satisfacciones que es restaurar un clásico, te puedo decir con total seguridad: cuesta más de lo que imaginas y menos de lo que vale la experiencia.
Déjame contarte mi historia, con números reales, dolores de cabeza y momentos de gloria.
La locura empieza: comprando el coche
Todo comenzó cuando decidí que ya era hora de cumplir uno de mis mayores sueños: tener un Ford Mustang Fastback de 1967. No cualquier Mustang, no una réplica moderna… uno original, de verdad.
Después de meses buscando, encontré uno en venta a un precio que me hizo dudar si era una bendición o una trampa: 8,500 €.
El anuncio decía: “Motor original, buen estado estructural, detalles por arreglar”.
Ah, qué ingenuo era en ese entonces.
Cuando llegué a verlo, me encontré con un coche cubierto de polvo, con óxido en los lugares más incómodos y un motor que… bueno, existía, pero no funcionaba. Parecía un clásico, pero sonaba como una cafetera a punto de explotar.
Aun así, el corazón manda más que la razón, y lo compré. Firmé los papeles, pagué en efectivo y, antes de darme cuenta, estaba remolcando mi nuevo viejo coche a casa con una mezcla de emoción y pánico financiero.
El primer golpe: la carrocería (o cómo descubrí que el óxido es mi peor enemigo)
Lo primero que hice fue llevar el coche a un chapista para evaluar el daño. El diagnóstico fue devastador:
- Paneles laterales con óxido perforante.
- Piso podrido en varias secciones.
- Marcos de las puertas en mal estado.
“Esto te va a costar al menos 6,000 €”, me dijo el chapista con una tranquilidad que casi me hace llorar.
Pagué, pero me prometí a mí mismo que haría todo lo demás con mis propias manos para ahorrar dinero.
(Spoiler: no ahorré nada).
El motor: una bestia dormida (o muerta, aún no estaba seguro)
Cuando compré el coche, el vendedor me juró que el motor era el original 289 V8. Técnicamente, tenía razón. Pero lo que no me dijo es que no funcionaba ni con plegarias.
Intenté darle vida con una batería nueva y algo de magia mecánica, pero solo logré que soltara un rugido agonizante antes de morir de nuevo.
Llevé el coche a un mecánico especializado en clásicos y la lista de problemas era larga:
- Cilindros rayados.
- Pistones desgastados.
- Árbol de levas con más juego que una bicicleta vieja.
“No hay arreglo barato”, me dijo. “Puedes reconstruir el motor por 5,000 €, o comprar uno reacondicionado por 3,500 €.”
Aquí tuve un dilema existencial. Quería que el coche mantuviera su esencia, así que opté por restaurar el motor original.
Resultado: 5,200 € después, mi Mustang volvía a respirar.
Interior: el infierno de la tapicería
Después de gastar más de 11,000 € entre carrocería y motor, pensé: “Bueno, el interior no puede ser tan caro, ¿verdad?”
Qué inocente de mi parte.
Los asientos originales estaban rotos, el tablero tenía grietas y el suelo parecía haber sobrevivido a un huracán. Quería dejarlo lo más fiel posible al diseño original, así que esto fue lo que gasté:
- Tapicería completa: 3,500 €
- Reparación del tablero: 1,200 €
- Alfombras nuevas: 800 €
- Pequeños detalles (botones, perillas, emblemas, etc.): 600 €
Total: 6,100 € en el interior.
Frenos, suspensión y otros detalles (el dinero sigue desapareciendo)
El coche se veía bien. El motor rugía. Pero no frenaba.
Decidí que, por seguridad (y por evitar futuros infartos), era mejor actualizar los frenos a discos en las cuatro ruedas.
- Conversión a frenos de disco: 3,500 €
- Nueva suspensión para evitar que el coche se sintiera como un barco en tormenta: 2,200 €
- Revisión y reemplazo del sistema eléctrico: 2,000 €
Total: 7,700 €
Pintura: el broche de oro (y de deuda)
Finalmente, llegamos a la etapa final. Quería que el coche tuviera un acabado impecable, con el icónico color Highland Green, como el del Mustang de Steve McQueen en Bullitt.
Una buena pintura no es barata, y como ya estaba hundido hasta el cuello en gastos, decidí ir por lo mejor.
- Preparación y pintura profesional: 9,000 €
Cuando me entregaron el coche, no lo podía creer. Era hermoso, perfecto, un sueño hecho realidad.
El gran total (¿y valió la pena?)
Sumemos todo:
- Compra del coche: 8,500 €
- Restauración de carrocería: 6,000 €
- Restauración del motor: 5,200 €
- Dentro: 6,100 €
- Frenos, suspensión y electricidad: 7,700 €
- Pintura: 9,000 €
Total: 42,500 €
Sí, gasté más de 40,000 euros restaurando un coche que, al inicio, pagué por menos de 10,000 €.
Pero… ¿valió la pena?
Déjame decirlo de esta manera: la primera vez que lo encendí y escuché ese V8 rugir, supe que cada centavo había valido la pena. Cuando lo saqué a la calle y vi las miradas de admiración, supe que no solo había restaurado un coche, sino un pedazo de historia.
Así que sí. Fue caro, agotador y a veces desesperante… pero lo haría de nuevo sin dudarlo.
Y si estás pensando en restaurar un clásico, mi consejo es: hazlo con pasión, con paciencia y con un buen plan de ahorro.
+Mi proceso para recuperar la pintura original de un clásico

Apaixonado por carros clássicos desde que se lembra, Javier Montoro dedicou sua vida à busca, restauração e preservação de verdadeiras joias sobre rodas. Com anos de experiência na compra, restauração e manutenção de veículos antigos, ele compartilha seu conhecimento, histórias e lições aprendidas neste blog.