Headlight and Light Restoration: How I Restored the Original Shine

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I'll tell you all about it restauración de luces y faros: cómo devolví el brillo original a mi clásico.Quédate hasta el final para entender.

Si hay algo que distingue a un coche clásico de cualquier otro vehículo en la calle, son sus detalles. La línea de la carrocería, el sonido del motor, los cromados… pero hay un elemento que muchos pasan por alto y que, cuando está en mal estado, arruina completamente la estética del coche: las luces y los faros.

No importa si tienes el clásico mejor restaurado del mundo; si tus faros están opacos, amarillentos o llenos de grietas, el coche parecerá viejo y descuidado.

Así que, cuando terminé de restaurar mi 1967 Mustang Fastback, miré las luces delanteras y traseras y me di cuenta de que algo no cuadraba. Todo el coche brillaba con su nuevo acabado en Highland Green… menos los faros y las luces traseras, que parecían sacados de un depósito de chatarra.

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Sabía que tenía dos opciones: comprar faros nuevos (caros y difíciles de encontrar en su versión original) o restaurarlos yo mismo.

Como buen terco que soy, opté por la segunda opción. Y vaya aventura en la que me metí.

+Para ti: Cuánto gasté para restaurar un coche clásico: mi experiencia


El estado inicial: un desastre en forma de plástico y vidrio

Lo primero que hice fue desmontar los faros delanteros y las luces traseras para evaluar el daño. Y ahí fue cuando me di cuenta de la magnitud del problema:

  • Faros delanteros: Completamente opacos, con un tono amarillento que parecía sacado de un taxi de los 90. Además, tenían pequeños rayones y suciedad incrustada en el interior.
  • Luces traseras: Plástico desgastado, con pequeñas grietas y un color rojo que había perdido toda intensidad.
  • Cromados alrededor de los faros: Desgastados, con óxido en las esquinas.

No iba a ser fácil. Pero ya había llegado demasiado lejos en la restauración de este coche como para rendirme ahora.


Paso 1: Restauración de los faros delanteros

Lijado: el truco para quitar el amarillo y los rayones

Lo primero que hice fue probar el típico método de pasta de dientes y bicarbonato para eliminar el amarillento de los faros. No funcionó.

Así que decidí ir a lo seguro: lija y paciencia.

  • Comencé con una lija de grano 800 y fui subiendo progresivamente hasta 3000. Sí, 3000.
  • Lijé en movimientos circulares y constantes, mojando la superficie cada cierto tiempo para no dañarla.
  • Cuando terminé, los faros parecían aún más opacos que antes. Casi me da un infarto.

Pero aquí viene la magia: el pulido.

Pulido y abrillantado: el momento en que recuperé la esperanza

Después del lijado, usé un pulidor especial para plásticos con una pulidora eléctrica. En menos de 10 minutos, la opacidad desapareció y empezó a salir un brillo increíble.

Para terminar, apliqué una capa de sellador UV, porque si no, en pocas semanas el sol volvería a hacer de las suyas y todo mi esfuerzo se iría a la basura.

El resultado: los faros parecían nuevos.

Pero aún quedaba trabajo por hacer…


Paso 2: Rescate de las luces traseras

Aquí la historia fue diferente. Mientras que los faros delanteros eran de vidrio y plástico transparente, las luces traseras estaban hechas de un plástico rojo más grueso.

El problema era que no solo estaban opacas, sino que habían perdido intensidad en su color original.

Busqué varias soluciones hasta que di con la correcta: tinte para plásticos traslúcidos.

El proceso (y cómo casi arruino todo)

  1. Lijado suave: No podía lijar demasiado porque el plástico era más delicado, así que usé una lija de grano 2000 solo para eliminar las imperfecciones superficiales.
  2. Pulido manual: Con un poco de pulidor para plásticos y un paño de microfibra.
  3. Tinte especial para plásticos rojos: Aquí es donde casi la lío. Apliqué demasiado la primera vez y quedaron manchas desiguales. Tuve que lijar un poco de nuevo y reaplicar con más cuidado.
  4. Sellado final: Con una capa de barniz protector UV para que el color durara más tiempo.

Cuando terminé, no podía creerlo: las luces traseras tenían el mismo tono rojo intenso que cuando el coche salió de fábrica.


Paso 3: Restauración de los cromados

No podía dejar los faros y luces impecables con los marcos cromados llenos de óxido y desgaste.

Así que probé un viejo truco: papel de aluminio y Coca-Cola.

  • Froté los cromados con papel de aluminio empapado en Coca-Cola, y poco a poco, el óxido empezó a desaparecer.
  • Luego, apliqué un pulidor especial para metales y los dejé brillar como nuevos.

Fue el toque final perfecto.


El resultado final: una diferencia brutal

Después de todo el trabajo, volví a montar los faros delanteros, las luces traseras y sus respectivos marcos cromados. Me alejé unos pasos y ahí estaba, mi Mustang brillando como si acabara de salir de la línea de producción en 1967.

Encendí las luces y el cambio era impresionante: faros blancos y potentes, luces traseras rojas y profundas, y cromados que reflejaban cada rayo de sol.

¿Valió la pena todo el esfuerzo? Absolutamente.


Consejos finales si quieres restaurar las luces de tu clásico

Si estás pensando en hacer lo mismo en tu coche clásico, aquí van algunos consejos que aprendí en el proceso:

  1. No uses trucos baratos. La pasta de dientes no hace milagros, y algunos productos del mercado solo ocultan el problema en lugar de solucionarlo.
  2. El lijado es clave. Si no lo haces bien, el faro puede quedar peor de lo que estaba.
  3. El pulido es donde la magia sucede. Invertir en un buen pulidor y una pulidora eléctrica hace toda la diferencia.
  4. Protege el trabajo final. Usa sellador UV o barniz para evitar que el sol arruine todo en pocas semanas.
  5. Si los plásticos traseros han perdido color, un tinte especial puede salvarlos. Pero aplícalo con cuidado.

Pequeños detalles que hacen una gran diferencia

Restaurar un coche clásico es un proceso lleno de retos, pero cada detalle cuenta. Las luces y faros son la “mirada” del coche, y si están en mal estado, el clásico pierde mucho de su encanto.

Ahora, cada vez que enciendo las luces de mi Mustang y veo cómo brillan como en sus mejores días, me doy cuenta de que todo el esfuerzo valió la pena.

Así que, si tienes un clásico con faros opacos o luces traseras descoloridas, anímate a restaurarlas. Es más fácil de lo que parece y la diferencia es brutal.

Y ahora dime, ¿alguna vez has restaurado las luces de un coche clásico? ¿Qué método usaste? ¡Cuéntamelo en los comentarios!