Si hay algo que puede arruinar completamente un coche clásico, es la maldita corrosión. Descubre ahora cómo evitar la corrosión en coches antiguos y de colección.
Nada da más rabia que descubrir burbujas de óxido en la pintura, agujeros en el chasis o partes metálicas completamente comidas por el tiempo. Y créeme, si no actúas a tiempo, el óxido puede devorar tu joya sobre ruedas sin piedad.
Lo bueno es que la corrosión no es inevitable. Si sabes cómo prevenirla y tomas las medidas adecuadas, puedes mantener tu clásico libre de óxido y en perfecto estado por décadas. Así que presta atención, porque aquí te voy a contar cómo evitar que la ferrugem (como dicen los brasileños) arruine tu coche de colección.
1. Mantén tu coche alejado de la humedad (su peor enemigo)
La humedad es el combustible del óxido. Un coche clásico expuesto constantemente a ambientes húmedos tiene los días contados si no tomas precauciones.
Si tu coche pasa mucho tiempo guardado, asegúrate de que el lugar tenga buena ventilación y un nivel de humedad controlado. Aquí te dejo algunas recomendaciones clave:
Garage seco y bien ventilado: Evita lugares cerrados sin circulación de aire. Si el garaje es húmedo, usa un deshumidificador o al menos un poco de cal o carbón activado para absorber la humedad.
Evita estacionarlo sobre tierra o césped: Estos suelos retienen humedad y aceleran la corrosión.
Usa una funda transpirable: Nada de plásticos o lonas impermeables que atrapen la humedad dentro.
Si vives en una zona con mucha humedad, considera aplicar un recubrimiento anticorrosivo en las partes más vulnerables, como los bajos del coche, los guardabarros y las uniones metálicas.
2. Lava el coche regularmente (pero con cuidado)
Puede sonar contradictorio, pero el agua no es el problema, sino dejar que se acumule en lugares donde no debería.
Siempre que uses tu coche, sobre todo si manejaste en carreteras húmedas, con barro o cerca del mar, lávate bien la carrocería y los bajos para eliminar residuos que puedan acelerar la oxidación.
Algunos consejos clave:
Usa agua a presión moderada: Evita chorros fuertes que puedan meter agua en zonas difíciles de secar.
Seca bien el coche después del lavado: No lo dejes secar al sol, usa un soplador de aire o paños de microfibra para eliminar el agua de grietas y esquinas.
No te olvides de los bajos y los pasos de rueda: Ahí es donde más se acumula la humedad y la suciedad corrosiva.
+Cómo conservar un coche de colección en perfecto estado
3. Aplica cera y selladores protectores
La pintura es la primera línea de defensa contra el óxido. Si hay grietas o rayones en el barniz, la humedad se filtrará y la corrosión comenzará desde adentro.
Por eso, siempre protege tu coche con cera o selladores sintéticos que actúen como barrera contra el agua y los contaminantes del ambiente.
Cera de carnauba: Protege y da un brillo espectacular.
Selladores sintéticos: Duran más que la cera y repelen la humedad.
Cerámica líquida: Una opción moderna y ultra resistente contra la corrosión.
4. No dejes que la corrosión empiece: revisa y actúa rápido
El óxido es como una infección: si lo detectas temprano y lo atacas de inmediato, evitarás que se propague.
Haz una inspección visual cada cierto tiempo y revisa zonas críticas como:
Guardabarros – Son los primeros en mostrar burbujas de óxido.
Bajos del coche – Especialmente si vives en una zona con mucha lluvia o nieve.
Alrededor de molduras y emblemas – Ahí suele acumularse humedad sin que lo notes.
Interior del maletero y las puertas – La humedad se mete ahí y puede causar daños sin que te des cuenta.
Si detectas un punto de óxido, actúa de inmediato:
Lija la zona afectada con una lija fina.
Aplica un convertidor de óxido para detener la corrosión.
Pinta la zona con pintura anticorrosiva o un protector transparente.
5. Usa aceites y productos anticorrosivos en zonas vulnerables
Un truco que usan muchos restauradores es aplicar aceites protectores en las partes metálicas expuestas para evitar que la humedad haga estragos.
Algunas opciones recomendadas:
WD-40 Specialist Long-Term Corrosion Inhibitor – Forma una película protectora que repele el agua.
Fluid Film – Ideal para proteger los bajos y partes metálicas interiores.
Krown Rust Protection – Se adhiere bien y no deja residuos pegajosos.
Aplica estos productos una vez al año en zonas propensas a la oxidación, como los bajos, el chasis y los interiores de los paneles de las puertas.
6. Cuidado con la sal en la carretera
Si alguna vez has conducido tu clásico en invierno, sabrás que la sal que se usa en las carreteras para derretir el hielo es un veneno mortal para la carrocería.
La sal acelera la corrosión a un ritmo brutal, así que si manejaste en una carretera salada, lava tu coche lo antes posible, poniendo especial atención en los bajos.
Si vives en una zona donde esto es común, considera aplicar un recubrimiento anticorrosivo en el chasis antes del invierno.
7. Evita la condensación en el interior del coche
Muchos coches clásicos acumulan humedad dentro sin que nos demos cuenta, lo que termina oxidando el piso, la estructura interna y hasta las piezas del tablero.
Para evitarlo:
Usa deshumidificadores de coche (hay bolsas de gel de sílice especiales para esto).
Deja las ventanas ligeramente abiertas cuando lo guardes en el garage, para mejorar la circulación de aire.
No guardes el coche con alfombrillas mojadas – Si las usaste bajo la lluvia, sécalas antes.
Mantén a raya el óxido y conserva tu clásico impecable
Si sigues estos consejos, tu coche clásico se mantendrá libre de corrosión y en perfecto estado por muchos años.
El óxido es un enemigo silencioso, pero con buenos hábitos de mantenimiento, productos de calidad y un poco de atención, puedes evitar que se apodere de tu joya sobre ruedas.
Así que ya lo sabes: mantén la humedad lejos, lava con cuidado, protege con ceras y aceites, y revisa cada rincón en busca de señales de corrosión. Tu coche (y su valor) te lo agradecerán.

Passionate about classic cars for as long as he can remember, Javier Montoro has dedicated his life to the search, restoration, and preservation of true gems on wheels. With years of experience purchasing, restoring, and maintaining vintage vehicles, he shares his knowledge, stories, and lessons learned on this blog.